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Foto: INTA / CIEFAP / Agencia CTyS-UNLaM |
Debajo de su atractiva apariencia y sus decenas de
usos alimenticios y medicinales, la rosa mosqueta oculta una faceta menos
beneficiosa: es una planta invasora, una plaga que produce dolores de cabeza a
los ganaderos de la Patagonia ya que tienen que abrirse paso en el terreno para
que el ganado pueda alimentarse y se mantenga la superficie de pastoreo
natural.
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